¿Sabías qué…?
El gas natural se extrae directamente de la naturaleza y, sin haberse sometido a ninguna transformación química.
Este combustible es más limpio que el carbón y el petróleo y es catalogado como el combustible fósil con menor impacto ambiental.
El gas natural como combustible reduce la emisión de gases contaminantes, y así contribuye a la reducción de enfermedades respiratorias y el efecto del calentamiento global.
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